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GABRIEL AVILÉS
( México – Yucatán
(Mérida, Yucatán, 1974)
Desde el 2004 se encuentra en el portal brasileño www.palavreiros.org, patrocinado pela Unesco con motivo del Día Mundial de la Poesía. Se especializa en Gestoría cultural realizado por el Instituto Politécnico Nacional y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), en la ciudad de Cancún donde actualmente reside.
Entre sus libros se destacan De la oscuridad a los vitrales ()Mc Editores, 2002), A la deriva del infinito ( Ed. Estival, Venezuela, 2002) y Cartas para la hoguera (Ed. Presagios, 1999) y el cd virtual
El jaguar y otras herejías (Instituto de Cultura de Yucatán, 2003).
TEXTOS EN ESPAÑOL – TEXTOS EM PORTUGUÊS
LETRAS DEL DESAMOR. Selección de Poesia de Autores Contemporáneos. Montevideo: Bianchi editores; Brasilia: Edições Pilar, s. d. 272 p. ISBN 99S74-663-82-2
Ex. bibl. Antonio Miranda
Profeta de lánguidas lluvias
A mi padre, Elías Aviles porque conforme
pasa el tiempo me parezco más a su reflejo.
Mi padre.
Aleja el daño que yugula insomnios.
Es de una tribu confinada,
un viejo que urde ser bicéfalo para no macular a los patriarcas.
Descifra vacíos,
resguarda la ansiedad de morir a cabal hora.
En triste madriguera copula
mientras levanta la escoria de unos sótanos que no tienen cerrojo.
Profeta de lánguidas lluvias,
amordaza el rencor, lo mastica con la sensación del polvo
pero escupe el sufrimiento a pedazos.
Me reconoce
al tiempo que en sus vértebras me infiere,
aforismo tornado sordidez a la respiración del viento.
Mi padre:
Un reflejo proclamándose entre las manos del nirvana,
conduele infértiles palabras
e insurrecto coagula el agónico moho
que desprende al saberse bestialmente solo.
La pálida estructura del océano mar,
sable de todas las entrañas
Nocturna sal reconoce centauros decretando luminosa castidad.
El puerto incita a beber con marineros que blasfemos suicidan
bajas mareas.
La arena distorsiona conciencias; juglar y vencido alistan su dolor
al vaivén de barcazas donde el insomnio asola jadeantes soles
cuando los ebrios lanzan al océanos, misivas para un náufrago
cuya brújula fragmenta el horizonte a piélagos.
Magenta luna atenúa el rencor
De aquellos niños que esperan a su padre,
muertos confinados al sargazo
tiempos que carcomen a mujeres de cantina,
hombres que besan pulidos sexos
mientras el oleaje confiesa a licántropos, su derrota.
El mar, ansia el devenir, paranoia de a ratos,
la quietud fue otorgada a los hombres que encienden un faro
en medio de tormentas
para no aburrirse del agrio letargo impuesto por Eva en los
primeros días.
Creta y demás islas no conocen los presagios de la muerte.,
secas hacen el amor con ballenas y ciclopes.
Parias, degenerados, detractores, ermitaños y sirenas
sosiegan la engañosa caracola que advierte a lo eterno, la
premisa inicial:
Mar, sable de todas las entrañas.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução: Antonio Miranda
Profeta de lánguidas lluvias
A mi padre, Elías Aviles porque conforme
pasa el tiempo me parezco más a su reflejo.
Meu pai.
Afasta o dano que jugula insônias.
É de uma tribo confinada,
um velho que urde ser bicéfalo para não macular os patriarcas.
Decifra vazios,
resguarda a ansiedade de morrer na hora cabal.
No triste covil copula
enquanto levanta a escória de uns sótãos que não têm ferrolho.
Profeta de lânguidas chuvas,
amordaça o rancor, mastiga-o com a sensação do pó
mas cospe o sofrimento em pedaços.
Me reconhece
no tempo em que suas vértebras me infere,
aforismo tornado sordidez pela respiração do vento.
Meu pai:
Um reflexo proclamando-se entre as mãos da nirvana,
lamenta inférteis palavras
e revoltado coagula o agônico mofo
que desprende ao saber-se bestialmente sozinho.
A pálida estrutura do oceano mar,
sabre de todas as entranhas
Noturno sal reconhece centauros decretando luminosa castidade.
O porto encoraja a beber com marinheiros que blasfemos suicidam
baixas marés.
A areia distorce consciências; jogral e vencido alistam sua dor
ao vaivém de barcaças onde a insônia assola ofegante sol
quando os ébrios lançam ao oceano, missivas para um náufrago
cuja bússola fragmenta o horizonte a piélagos.
Magenta lua atenua o rancor
Daquelas crianças que esperam o seu pai,
mortos confinados ao sargaço
tempos que carcomem mulheres d cantina,
homens que beijam polidos sexos
enquanto vagalhões confessam a lycanthrope, sua derrota.
O mar, ansia o devir, paranóia de momento,
a quietude foi outorgada aos homens que acendem um farol
no meio de tormentas
para não entediar-se com o ácido letargo imposto por Eva nos
primeiros dias.
Creta e as demais ilhas não conhecem os presságios da morte.,
secas fazem o amor com baleias e cíclopes.
Parias, degenerados, detratores, ermitanhos e sereias
sossegam o enganoso caracol que adverte o eterno, a
premissa inicial:
Mar, sabre de todas as entranhas.
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Página publicada em setembro de 2022
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